Por Mtra. Maritza Romero Mares
No cabe duda que siempre cuando hay situaciones extraordinarias, nunca falta quien dude de lo que pasa o del alcance de los sucesos. Parecería que ya no hay bocas cuya verdad sea tangiblemente real y aceptada.
Pero ¿cómo le llamaríamos a una persona que por no haber tocado o sentido una enfermedad se atreve a dudar de su existencia? La respuesta es: Necio.
Llevamos más de 100 días en casa, cuidando no salir y convivir con otros para evitar la propagación del COVID19. Y mientras que otros Estados y ciudades regresan paulatinamente; nuestra querida Pachuca, igual que el Hidalgo; permanece en semáforo rojo.
Quienes hemos sido designados o debemos ir por nuestros víveres, salimos cubiertos y con el gel anti bacterial como un artículo más en la bolsa; nos piden que pasemos una persona, ahora ya dos en muchos de los centros comerciales. Muchos ciudadanos se han quitado el cubre bocas y pasean libremente por las calles y mercados. ¿El resultado?
Servicios médicos hospitalarios concurridos, llamadas frecuentes a C5, un servicio constante de ambulancias y contagiados diariamente.
Y para las incrédulas que pensaban que no pasaba nada e hicieron su baby shower, hasta el bebé nació contagiado.
¿Necesita Usted que alguien de su familia enferme o muera?
Si la respuesta es NO, por favor contemple de una vez las medidas de seguridad. Pero si aún tiene dudas, sea tan amable de ir a cualquier hospital y pregunte por el número de camas que tiene y el número de infectados de COVID.
No me crea, no le crea a nadie… Vaya y compruébelo y luego… cuídese para que podamos salir.
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