
A casi una semana de la explosión de una pipa de gas LP en el puente de La Concordia, en Iztapalapa, continúan saliendo a la luz testimonios desgarradores de las víctimas. Cristina, una vecina de la colonia Lomas de Zaragoza, relató cómo un joven, con el rostro desfigurado por las llamas, le pidió ayuda y entre lágrimas exclamó: “¡Mejor me hubiera muerto!”.
La tragedia ocurrió el pasado 10 de septiembre, cuando una pipa que transportaba más de 49 mil litros de gas LP volcó en la zona baja del puente. Tras la fuga, una nube blanca cubrió el lugar y segundos después se produjo una brutal explosión que cimbró viviendas, vehículos e infraestructura. El saldo oficial hasta ahora es de 94 personas afectadas: 15 fallecidas y 37 aún hospitalizadas.
Cristina narró que la onda expansiva sacudió con violencia su negocio, pero lo más impactante fue lo que vio después. Un hombre de unos 30 años llegó con la piel desprendida en la cara, manos y cabeza, pidiendo desesperadamente agua. Al verse en un espejo, lanzó la frase que heló a todos los presentes.
No fue el único. Al menos otras dos personas, con las ropas aún en llamas, buscaron refugio en el negocio de Cristina. Ella y sus familiares intentaron ayudarlos apagando el fuego y cortando la ropa adherida a sus cuerpos, hasta que arribaron los equipos de emergencia.
En la zona cero quedaron cenizas impregnadas en muros, objetos calcinados y el recuerdo de una de las explosiones más terribles que ha vivido la capital en los últimos años. Las investigaciones apuntan a exceso de velocidad como la causa del siniestro.