
En medio de protestas y señalamientos por omisiones institucionales, la Universidad Politécnica de Tulancingo (UPT) resolvió la expulsión definitiva del alumno Manuel Martínez, estudiante de Comercio Exterior y Aduanas, luego de que agrediera físicamente a un docente dentro del plantel.
La decisión fue tomada por el Consejo Universitario, tras una sesión tensa en la que jóvenes bloquearon los accesos principales, colocaron carteles y expusieron en impresos capturas de pantalla que, según los manifestantes, respaldan denuncias previas de acoso y maltrato psicológico hacia el estudiante por parte del profesor agredido.
La situación ha generado un amplio debate público, ya que el alumno argumentó haber sido víctima de acoso y bullying, denuncias que –según declaraciones del propio subsecretario de Educación Media Superior y Superior, Daniel Fragoso Torres– no fueron canalizadas formalmente, lo cual representa un fallo grave en la atención a quejas dentro de la institución.
“Las quejas se hicieron de forma verbal, sin un procedimiento formal. Varios niveles académicos debieron haber actuado al conocer la situación”, señaló el funcionario.
Por su parte, el docente señalado se encuentra suspendido temporalmente, mientras el Comité de Ética y Conflicto de Interés de la UPT investiga si incurrió en alguna conducta indebida. La resolución sobre su situación se espera en un plazo de entre tres y cinco días hábiles, sin afectación a sus derechos laborales por el momento.
La comunidad estudiantil ha reiterado su demanda de contar con mecanismos efectivos, sensibles y confiables para denunciar casos de abuso o violencia, en un contexto donde la desatención puede escalar a situaciones graves como la que ahora enfrenta la UPT.