La madrugada del miércoles 6 de noviembre terminó en tragedia para la guatemalteca María Florinda Ríos Pérez, de 32 años, quien trabajaba con su esposo en servicios de limpieza para casas particulares. Mientras intentaban ingresar a un domicilio que les habían asignado, presuntamente en el lugar equivocado, la mujer fue abatida por un disparo que le provocó la muerte. 
Las autoridades locales informaron que el incidente ocurrió alrededor de las 07:00 h, cuando Ríos y su esposo se presentaron ante una vivienda en el vecindario Heritage de Whitestown, aproximadamente 20 millas al noroeste de Indianápolis. Tenían una llave y estaban listos para comenzar el trabajo cuando, según la declaración del hombre, escuchó un disparo antes de lograr introducir la llave. Ríos cayó en el porche con la balacera aun retumbando. 
Aunque la ley de “stand your ground” de Indiana permite el uso de fuerza letal por parte de residentes en su domicilio, la policía indicó que los datos recogidos hasta el momento “no respaldan” la hipótesis de que hubiera un intento de allanamiento por parte de la pareja. 
María Florinda deja en la orfandad a cuatro hijos de 17, 10, 8 años, y un bebé de casi un año y ahora su esposo, Mauricio Velázquez, enfrenta el reto de continuar con la familia mientras gestiona el repatriamiento de su esposa a Guatemala. “Para mí, ella fue el amor de mi vida. Fue una buena esposa y una buena madre”, expresó Velázquez. 
La oficina del forense del condado de Boone clasificó la muerte como homicidio por herida de bala en la cabeza, aunque aclaró que este dictamen no implica automáticamente cargos criminales. Las investigaciones permanecen abiertas. 
La comunidad local ya ha creado iniciativas de recaudación de fondos en apoyo a la familia y exige que se haga justicia. Las autoridades destacan que esperarán el reporte policial completo antes de decidir si se presentarán cargos contra el autor del disparo.

