
Por Redacción
Una recién nacida fue registrada oficialmente con el nombre de Chat Yipiti, un hecho que rápidamente se viralizó en redes sociales y abrió un debate en torno a los límites de la creatividad al elegir nombres para los hijos.
El caso ocurrió en el municipio de Cereté, Córdoba, Colombia, donde la familia Bastidas Guerra acudió el pasado viernes 15 de agosto a la Registraduría Municipal para inscribir a su hija con un nombre que fonéticamente evoca a ChatGPT, la popular herramienta de inteligencia artificial desarrollada por OpenAI. Según versiones, los padres buscaban un nombre único que reflejara el impacto de la era digital en la vida cotidiana.
La Registraduría aprobó la inscripción al no encontrar impedimentos legales, confirmando que se trata del primer registro de este tipo en el país. En Colombia, aunque los padres gozan de libertad para nombrar a sus hijos, las autoridades pueden vetar aquellos apelativos que se consideren ofensivos o que atenten contra la dignidad del menor.
La noticia generó reacciones divididas en plataformas como X y TikTok. Algunos usuarios celebraron la originalidad con comentarios como “Bienvenidos a la era de la IA”. Sin embargo, otros criticaron duramente la decisión, advirtiendo que la niña podría enfrentar burlas y discriminación en el futuro. “Pobre niña, ¿por qué no piensan en el bullying que sufrirá?”, se leyó en varias publicaciones.
El fenómeno de nombres peculiares no es nuevo en Colombia. La propia Registraduría ha documentado registros como Valloleidys, Iam Davi, Ali Yunior, Betsililiana y Burgundófora, mientras que otros como Nutella, Judas, Belcebú, Satanás o Warnerbro han sido rechazados por considerarse inadecuados. Un antecedente reciente ocurrió en junio de 2025, cuando un menor fue inscrito como Luis Bensonbun Berrido Martínez, en homenaje al cantante Benson Boone, aunque con un error ortográfico que transformó “Boone” en “Bun”.
El caso de Chat Yipiti Bastidas Guerra se suma a esta lista de nombres singulares, reavivando la discusión sobre hasta qué punto la originalidad puede chocar con el bienestar futuro de los menores.