
Irma Aguilar Delfín, investigadora biomédica en de la UNAM, explicó por qué la vacuna rusa contra la COVID-19, Sputnik V, no podría ser eficaz y, por lo tanto, jamás se le podría dar autorización sanitaria a nivel mundial.
“La vacuna Sputnik V está hecha de adenovirus que se usan para fabricar vacunas, pero éstos, originalmente, son organismos que están en el ambiente y causan infecciones leves en los humanos, pero cuando se usa como vacunas, se usan las cáscaras, le quitan las infecciones y le ponen antígenos de VIH, Coronavirus, pero, si a mi me dio infección respiratoria voy atener anticuerpos preexistentes de adenovirus y cuando tenga la vacuna van a a bloquear los anticuerpos y no va a funcionar”, explicó la especialista
Además, en entrevista con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, Irma Aguilar aseguró que hay detalles técnicos que parecen bastante oscuros para cualquiera que no conozca la inmunología y, recordó, que desde 2008, todas las farmacéuticas de Estados Unidos renunciaron a utilizar el adenovirus 5, ya que notaron no servía cuando la utilizaron para generar la vacuna contra el VIH.
“Los adenovirus 5 es una de las partes que se usan en la Sputnik V ha sido descontinuado en farmacéuticos, pues se intentaron hacer vacunas para Ebola, SARS, VIH utilizando esta estrategia pero no han servido, ni han sido eficaces en humanos”.