
En Alto Taquari, estado de Mato Grosso, Brasil, una familia harta de una recurrente broma de tocar el timbre y correr por parte de quien aseguraban eran niños, pusieron una cámara de videovigilancia para poder ver quien los fastidiaba, sin esperar que el bromista viviera bajo el mismo techo.
El culpable no era otro más que Faíscan, el peludito de la familia, la prueba que lo inculpó fue que en uno de los vídeos se alcanza a ver al lomito. Su modus operandi era pararse en dos patas y con una tocar el timbre con la esperanza de ser recibido, pero al no abrir rápido, daba otra vuelta a la calle para al poco rato regresar y hacia la misma acción.
La familia aún no sabe cómo fue que el canino aprendió tal truco ya que nadie lo entrenó, sospechan que fue cuando lo raptaron y al lado de sus captores aprendió el truco.
Con información de El Heraldo de México.
Redacción por Juan Pablo Pelcastre Barrera – Dinámico Informativo