
El pasado 26 de enero en Texas, falleció el pequeño JJ Boatman, por complicaciones debido al COVID-19.
Sus padres mencionaron que el menor padecía de asma y que unos días atrás habían festejado su cumpleaños con tacos, pastel y acompañados de algunos familiares.
A pesar del asma que padecía, el niño realizaba sus actividades de manera normal, pero todo cambió una noche, según lo indicó su tío, Gabriel Ayala.
«Simplemente estaba corriendo y jugando ese mismo día, y por la noche le gritaba y le lloraba a su mamá que no podía respirar. Su mamá se acercó, y su cara y labios estaban azules», indicó Ayala.
Posteriormente, el menor fue trasladado en helicóptero al Cook Children´s Medical Center. Ahí, los médicos indicaron que los pulmones de JJ estaban llenos de líquido y su cerebro inflamado por la falta de oxígeno. También, confirmaron que padecía COVID-19.
Aunque el niño de 9 años recibió atención médica, murió un día después debido a las complicaciones por la COVID-19. Según medios locales, los médicos no descartan que la muerte haya sido causada por daño
cerebral, debido a los signos que presentó.
La noticia sobre el fallecimiento de su único hijo devastó a los padres de JJ, quienes lo recuerdan como un niño “feliz, hiperactivo y amoroso”.
Redacción: Nidia Celaya
Fuente: Plumas atómicas