Fernando Avilés Serrat es el creador del dispositivo que evita que personal médico y externo pueda contagiarse.
México logró dar un paso adelante en el tema del coronavirus, tras la creación de una cápsula de seguridad para pacientes con enfermedades altamente contagiosas como lo es el COVID-19.
El cerebro detrás de esta útil herramienta empleada en el traslado de personas enfermas, en ambulancias o dentro de hospitales es Fernando Avilés Serret, egresado de Ingeniería Biomédica de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
“Cápsula XE” es el nombre del dispositivo creado para la seguridad del personal médico y externo que está en contacto con enfermos de coronavirus, para mover a los pacientes dentro de hospitales, ambulancias o helicópteros.
Hasta el momento, las instituciones que han adquirido la Cápsula XE son el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), la Cruz Roja Mexicana, así como la Secretaría de Marina.
La cápsula está conformada por un domo, hecho de plástico y textiles, la cual es operada por un controlador electrónico, que por efecto venturi (fenómeno que se utiliza en la hidráulica para generar presiones negativas) reduce la presión atmosférica dentro del dispositivo al generar un vacío interno del aire.
El domo mantiene hermética a la cápsula, ayudado por el efecto venturi, que hace que todo el aire del exterior que circula alrededor de la cápsula entre a la misma, lo que significa que si el paciente tose o estornuda, el dispositivo impide el esparcimiento de las partículas de saliva, y atrae hacia adentro el aire circundante y evita contagios.
“El efecto venturi dentro de la cápsula es como poner una aspiradora dentro de una bolsa de plástico, a la cual le chuparía el aire hasta dejarla totalmente sin éste, el controlador evita el colapso de la cápsula, y por ende impide que los pacientes dentro de la misma se asfixien, pues nunca les falta el aire necesario para respirar”, detalló Serret.
Además, explicó que antes de que se incorpore al exterior el aire del interior de la cápsula, pasa por un filtro de aire de alta eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés), que al ser capaz de retener partículas muy pequeñas, reincorpora al ambiente un aire totalmente limpio, lo que garantiza la seguridad sanitaria de las personas que se encuentren fuera del dispositivo.
La cápsula ya se comercializa en el mercado, actualmente la empresa XE Ingeniería Médica fabrica entre 100 y 120 de estos dispositivos por semana, los cuales tienen un costo de casi 2 mil dólares.
Con información de Milenio y redacción de RadioFórmula