
Por Víctor Celaya
Nos encontramos en una etapa de arduo entrenamiento por parte de diferentes factores de poder que alimentan y preparan a sus contendientes con el único objetivo de llegar a ocupar el tan deseado cuarto piso de Palacio de Gobierno de la capital, en el estado de Hidalgo.
Comenzamos a observar caras, nuevos y viejos rostros de la política hidalguense, que van puliendo su imagen pública y mejoran su retórica en sus discursos para persuadir la razón y con esto verse favorecidos obteniendo el voto en el año 2022, para posteriormente ser jefe o jefa del Ejecutivo estatal.
Hoy el contexto político en México pareciera estar fracturado por la mala actuación de unos cuantos al servicio de la función pública. La gente al escuchar la palabra “Política o elecciones”, automáticamente lo relaciona con aspectos poco éticos y delitos que lamentablemente en algunos casos se comprobaron lastimando la percepción social y desbancando la economía de los mexicanos.
Es por eso que las y los representantes independientes o emanados de algún instituto político, limpian y le quitan el sarro a sus nombres para poder salir nuevamente a dar la cara a la gente y pedirles trabajo de gobernador(a). Otros tantos trabajan desde sus municipios y realizan actos especialmente dirigidos al beneficio de la sociedad, lo que hace ver un proyecto de trabajo y una propuesta elocuente para recuperar la confianza en las personas.
Por supuesto que el próximo (a) al ocupar el cargo en la silla de mandatario, tiene que ser una persona con intensiones de mejorar la calidad de vida de las y los habitantes de la entidad, tener sensibilidad y una visión definida junto con un proyecto de trabajo que desarrolle políticas públicas que haga crecer a Hidalgo como potencia económica. Vaya que será difícil superar las cifras del actual jefe de estado.
Hombre o mujer, rojo, azul, marrón, etc., Hidalgo merece continuar con el desarrollo económico como hasta el momento, sería fatal que sufriéramos de un retroceso que solo tendría como consecuencia el desplome y afectación a nuestros bienes y empresas.
Dirán algunos, pensemos en las elecciones del 2021 primero, bueno, ese también es un tema complicado, pero en fin, esa es otra historia.
El tema es que, al identificar a las y los aspirantes, tenemos que realizar un proceso introspectivo como sociedad para evaluar quien trabaja mejor, quien da resultados a corto plazo, claro que hoy en día podemos observar proyectos y direcciones de gobierno, que nos permiten palpar cómo sería esa persona de llegar al Palacio de Plaza Juárez y ejercer la gobernabilidad.
En conclusión, observen detenidamente a esos personajes, denles el beneficio de la duda, exijan lo que por obligación tienen que hacer, con respeto y conocimiento alcen la voz, miren bien su entorno, su calle, su localidad, su municipio, y si es que este comienza a cambiar por acciones de este, podremos decir que tendríamos un voto de esperanza ahí. No canten victoria, esperen hasta el ultimo momento para elegir y ahora si con determinación confíen.
Y que no se olvide algo, las y los funcionarios son trabajadores del pueblo, el pueblo los pone y el pueblo los quita.
