
En un acto de valentía que conmovió a la comunidad, Dilan “N” , un joven de 17 años, falleció tras recibir disparos de arma de fuego al defender a su madre de un intento de robo violento en las puertas de su hogar. El suceso, ocurrido hace diez días en el partido de La Matanza, ha reavivado el clamor por medidas urgentes contra la delincuencia juvenil en los suburbios bonaerenses, donde los asaltos domiciliarios se han disparado en un 30% durante el último semestre, según estadísticas preliminares del Ministerio de Seguridad provincial.
El dramático episodio tuvo lugar el sábado 4 de septiembre, alrededor de las 20:30 horas, en una calle tranquila del barrio Carlos Puerto, en Virrey del Pino. Alicia “N” , la madre de Dilan, regresaba a su casa en una camioneta Toyota Hilux cuando cuatro jóvenes armados la interceptaron en el garaje, exigiendo las llaves del vehículo con amenazas de muerte. «¡Dame la camioneta o te mato!», se escucha en las grabaciones de las cámaras de seguridad del domicilio, que capturaron cada segundo del asalto. Sin dudarlo, Dilan, quien esperaba a su madre en la entrada, se interpuso entre los delincuentes y ella, gritando para ahuyentarlos. En la refriega, uno de los atacantes abrió fuego, alcanzando al adolescente con dos balazos: uno en la axila izquierda y otro en el cuello, heridas que le provocaron una hemorragia masiva e irreversible.
Vecinos alertados por los disparos corrieron en auxilio, pero el joven ya había perdido la conciencia cuando llegó la ambulancia del Same (Sistema de Atención Médica de Emergencia). Fue trasladado de urgencia al Hospital Simplemente Evita, a escasos cinco kilómetros del lugar, pero los médicos solo pudieron confirmar su deceso a las 21:15 horas. La autopsia posterior reveló que las balas perforaron vasos sanguíneos vitales, dejando nulo margen de supervivencia. Alicia “N” , ilesa físicamente pero devastada emocionalmente, relató a investigadores que «mi hijo dio la vida por mí; era un chico bueno, que soñaba con ser mecánico».
La respuesta policial fue rápida y efectiva, gracias a las imágenes de videovigilancia que sirvieron como prueba irrefutable. Tres de los sospechosos fueron detenidos esa misma noche en las inmediaciones: un menor de 16 años, otro de 18 apodado «El Paraguayo» –quien fue entregado voluntariamente por su familia al día siguiente en la comisaría de Virrey del Pino– y dos jóvenes de 20 y 22 años, todos oriundos del cercano asentamiento de Los Ceibos, un foco conocido de conflictividad social en la zona. El cuarto implicado, un adolescente de 15 años presunto autor material de los disparos, fue capturado el domingo 5 de septiembre tras un allanamiento en su precaria vivienda. Pruebas balísticas y forenses confirmaron residuos de pólvora en sus manos y ropa, sellando su rol en el crimen.
Los cuatro detenidos, cuya identidad completa se reserva por su minoría de edad en algunos casos, enfrentan cargos graves por «homicidio agravado por el uso de arma de fuego en concurso con robo tentado», bajo la fiscalía del Fuero Penal Juvenil de La Matanza, a cargo de Juan Pablo Pepe Volpicina. Fuentes judiciales indican que el menor de 15 años podría ser imputado como adulto si se comprueba premeditación, lo que elevaría la pena mínima a 10 años de prisión. «Este caso ejemplifica la escalada de violencia armada entre jóvenes desamparados, alimentada por la pobreza y la falta de oportunidades», analizó un criminólogo local, destacando que el 40% de los homicidios en La Matanza involucran a delincuentes menores de 20 años.
La muerte de Dilan ha desatado una ola de indignación en redes sociales, donde videos del asalto –difundidos por familiares– acumulan más de 500.000 visualizaciones en plataformas como Instagram y Facebook, con hashtags como #JusticiaPorDilan y #BastaDeInseguridad. Familiares y vecinos organizaron una marcha silenciosa el jueves pasado frente al hospital, exigiendo mayor patrullaje en barrios vulnerables y programas de rehabilitación para jóvenes en riesgo. El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, emitió un comunicado lamentando la pérdida y anunciando la instalación de 50 nuevas cámaras de seguridad en el distrito, aunque críticos lo tildan de «medida cosmética» ante la crónica de robos impunes.