La creadora de contenido mexicana Mariana Grimaldi, conocida en redes sociales como “La niña fresa”, denunció públicamente una presunta conducta indebida relacionada con el acceso a un espacio exclusivo durante un concierto del cantante puertorriqueño Bad Bunny.
Por Eduardo Zarate
De acuerdo con su testimonio, una persona que presuntamente formaba parte del equipo encargado de otorgar accesos especiales le habría solicitado fotografías íntimas a cambio de permitirle el ingreso a “La casita”, una zona VIP instalada durante uno de los conciertos realizados en el Estadio GNP.
Grimaldi relató su experiencia en entrevista con el medio especializado en espectáculos TVNotas, donde explicó que inicialmente se mostró entusiasmada por asistir al concierto, ya que contaba con su boleto para la función del jueves 11 de diciembre. Al enterarse de la existencia del área exclusiva, buscó la forma de acceder legalmente y se puso en contacto con la persona responsable de asignar dichos accesos.
Según narró, tras enviar su información personal para cumplir con el perfil requerido, la conversación tomó un giro inesperado cuando el individuo le hizo una petición inapropiada.
“Oye, pero qué crees, necesito que mandes unas fotos sex… unas fotos ya sabes cómo”, habría sido el mensaje recibido.
La influencer aseguró que rechazó de inmediato la propuesta, señalando que además de ser incorrecta, ella es una figura pública. Pese a su negativa, afirmó que la insistencia continuó, por lo que decidió cortar toda comunicación y desistir por completo de ingresar al área exclusiva durante el espectáculo del intérprete de “Tití me preguntó”.
Mariana Grimaldi ganó popularidad en redes sociales desde 2020 gracias a contenido de lip sync, bailes y sketches, consolidando su presencia digital a partir de 2022 por su relación y colaboraciones con integrantes del canal de comedia QuéParió!. Tras su ruptura en 2023, su nombre volvió a ser tendencia en diversas polémicas públicas.
La denuncia generó un amplio debate en redes sociales sobre el abuso de poder, los protocolos de acceso en eventos masivos y la vulnerabilidad de mujeres jóvenes dentro de la industria del entretenimiento, así como la necesidad de reforzar filtros y mecanismos de denuncia en experiencias VIP.
