
A cuatro años y medio de su rescate en Calakmul, Campeche, las hembras de jaguar bautizadas como Nicté Ha y Celestún Petén, volvieron a correr libres en la selva, luego de ser sometidas a un ambicioso programa de crianza, rehabilitación y adaptación.
Cuando las dos hermanitas fueron encontradas pérdidas en el Ejido Centauros del Norte en octubre de 2016, después de quedar huérfanas, tenían apenas 20 días de nacidas.
Los pronósticos para las crías no eran nada alentadores, ya que sólo pesaban 600 gramos y presentaban un grave estado de deshidratación, por lo que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), confío su salud a un equipo de veterinarios de la organización “Yaguar Xoo”, que con cuidados extremos logró estabilizarlas.
Tras 15 días de recuperación y un aumento de peso considerable, las pequeñas hembras fueron trasladadas al estado de Oaxaca, donde la Fundación Jaguares en la Selva diseñó todo un protocolo de atención, que desde el principio tenía como meta el regreso de Nicté Ha y Celestún Petén a su hábitat natural.
Después de que las «diosas doradas” regresaron a su hábitat natural este jueves 11 de marzo, se espera que pronto se adapten, encuentren pareja y puedan tener descendencia, con lo que se cerraría un círculo virtuoso para una especie en peligro de extinción, gracias a un exitoso programa de conservación. De Oaxaca para el mundo.

Fuente: Excélsior