• (o como los gusanos aprendieron a volar)
Por Julio Acosta
Hoy no voy a hablarles de cine y me disculpo por ello, pues este es un espacio de visualización del cine mexicano, pero en mundos alternos, allá donde uno puede escribir de azul siendo negro, en casos especiales como este se es permitido salirse de la línea y tomar la curva.
Hoy les quiero hablar de Guillermo Cuevas Ramírez, director de teatro, director de la compañía de teatro 2+4 de la UAEH, director de cine, escritor, dramaturgo, padre, esposo, fotógrafo, maestro, amigo, un intelectual hidalguense. Quien conoció a Memo Cuevas, conoció el amor a las artes, especialmente al teatro, su mayor pasión. Cuando miramos el desarrollo del teatro en Hidalgo, es necesario voltear a mirar lo que Guillermo Cuevas formó en la Autónoma de Hidalgo, una compañía de teatro que durante más de treinta años cada viernes y domingo se disfrutaba del teatro universitario, (con todo lo que eso implica, dirección, actuación, escenografía, textos dramáticos, montaje, ensayos, tiempo, dinero, esfuerzo) Dentro de sus escenarios se montaron obras de distintos dramaturgos nacionales y extranjeros, en su compañía se aprendía de escenario, voz, dirección, iluminación, montaje, actuación; cada parte que el teatro tuviera, él la conocía. Siempre fue una persona creativa, abierta a todo tipo de expresiones y experimentaciones; Obras experimentales se montaban en el teatro la garza con la mirada crítica de Memo, impartió talleres de teatro, de dramaturgia, dirigió cortometrajes para el canal 3 de radio y televisión de Hidalgo, coprodujo el programa de radio “voces de la escena”, lugar donde escuchamos su talento como voz off y narrador del radio teatros; el teatro lo llevó a hacer cine, radio, televisión. Formó a estudiantes universitarios dentro del arte teatral, muchas de ellas, ellos forman parte de distintas generaciones de actores, directores o especialistas en alguna área afín al teatro. Otros que fueron parte de la familia teatrera, se formaron en otras disciplinas, pero siempre con la sensibilización de lo que causa el arte en las personas, de lo que causaba convivir y trabajar con Memo Cuevas. Todas y todos ellos, profesionistas comprometidos con un cambio social y con la profesión que cada uno ejerce, sobresalientes en sus áreas de conocimiento.
Guillermo Cuevas solo hay uno, este es solo un intento de reconocimiento en mis nebulosas palabras que intentan mostrar el gran intelectual y ser humano que siempre demostró ser. Tantas historias alrededor de lo que aportó a la sociedad, al arte, al teatro, a jóvenes que en distintas etapas de crecimiento queríamos entender el mundo, sin duda Guillermo Cuevas hacía que fuera más fácil intentar entenderlo.
Memo Cuevas, más que una compañía de teatro formó una familia artística, de esas que son un fenómeno, de las que transforman vidas, de esas que se esparcen por todo el espacio, viven y crecen ahí. Por eso hoy no hablo de cine, hoy recuerdo a mi maestro, quien también me enseñó de cine, de sus formas de mirarlo, de sus formas en que dice sin hablar. Hasta donde estés, se te recuerda, se te extraña y se te quiere tanto.