
Un trabajador mexicano, identificado como Julio César Soto Jr, fue asesinado a sangre fría en Edinburg, Texas, cuando su supuesto “mejor amigo”, Freddy Mireles, le disparó en el rostro mientras convivían y cantaban corridos en una reunión.
Los hechos ocurrieron la noche del domingo 17 de agosto, en una vivienda de Fe Drive, donde varias personas convivían entre música y alcohol. De repente, sin motivo aparente, Mireles tomó un rifle y accionó el arma contra Julio, quitándole la vida de manera inmediata. Testigos entregaron un video del ataque a las autoridades.
Tras el crimen, el responsable huyó en un Corvette rojo, pero al día siguiente fue detenido por la policía del condado de Hidalgo, que además aseguró el rifle y otra arma corta en su poder. El sujeto, de 32 años, fue ingresado al Centro de Detención para Adultos, con una fianza fijada en 2.5 millones de dólares.
Lo más doloroso es que la víctima había llegado de forma legal a Estados Unidos con una visa de trabajo temporal. Ahora, sus dos pequeñas hijas, de apenas 3 y 1 año, quedaron en la orfandad. La familia aseguró no entender qué motivó el brutal ataque, ya que la relación con Mireles siempre había sido cercana.
El caso ha sacudido a la comunidad hispana en Texas, que exige justicia y pide apoyo para la familia de Julio César, quien era su único sustento.