
Este fin de semana se denunció el envenenamiento masivo de al menos 80 animales en los estados de Chiapas y Guanajuato, lo que desató la furia de vecinos y activistas que exigen justicia y castigo a los responsables.
En San Juan Chamula, Chiapas, la tragedia golpeó a la comunidad Joltsemen, donde 60 perros aparecieron muertos tras ser envenenados. Vecinos denunciaron que cada día siguen encontrando más cuerpos en las calles. Una de las versiones apunta a que un can mordió a un borrego animal sagrado en la región y eso habría detonado la masacre.
Mientras tanto, en San José Iturbide, Guanajuato, al menos 20 perros y gatos fueron hallados sin vida en la colonia Prados del Rosario. En videos difundidos en redes se observan animales muertos junto a un recipiente con leche, aparentemente envenenada.
La gobernadora Libia García Muñoz Ledo condenó los hechos y aseguró que no habrá impunidad, mientras la Fiscalía abrió una carpeta de investigación.