Los padres, declarados culpables de un crimen descrito como “monstruoso”, podrían recibir cadena perpetua sin derecho a libertad condicional.
Daniela Granados
Una pareja de California fue declarada culpable del asesinato de dos de sus hijos y de obligar a los menores sobrevivientes, de 8 y 9 años, a presenciar el brutal ataque ocurrido en 2020 dentro de su hogar en Lancaster.
Natalie Sumiko Brothwell y Maurice Jewel Taylor fueron encontrados culpables del homicidio de sus hijos Maliaka, de 13 años, y Maurice Jr., de 12, tras un juicio en el que fiscales describieron la agresión como “un acto monstruoso de crueldad”. De acuerdo con las autoridades, ambos padres abusaban de manera recurrente de sus hijos antes del crimen.
El ataque ocurrió a finales de noviembre de 2020, cuando la pareja agredió a los dos menores con armas blancas hasta provocarles la muerte. Posteriormente, ambos cuerpos fueron decapitados mientras los hermanos más pequeños observaban la aterradora escena obligados por sus propios padres. Actualmente se tiene información de que la lectura de la sentencia final está programada para el 13 de enero de 2026
Tras el doble homicidio, los niños sobrevivientes, de apenas 8 y 9 años de edad, fueron encerrados en sus habitaciones, donde permanecieron por varios días sin recibir alimento, según detalló la policía en un comunicado.
“Dos niños inocentes fueron brutalmente asesinados, y sus hermanos pequeños tuvieron que vivir un horror inimaginable. El veredicto del jurado hace justicia a estas víctimas y envía un mensaje contundente: quienes cometan actos tan malvados deberán rendir cuentas ante la justicia”, señalaron las autoridades.
Las razones que llevaron al ataque final aún no han sido esclarecidas, pero la fiscalía subrayó que se trató de un hecho “socialmente reprobado” y que el caso deja en evidencia la vulnerabilidad de los menores que dependen de sus cuidadores.
Brothwell, de 48 años, y Taylor, de 39, fueron declarados culpables de dos cargos de asesinato en primer grado con circunstancias especiales, además de dos cargos de abuso infantil. La pareja enfrenta una pena máxima de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, además de una condena adicional de seis años y cuatro meses en prisión estatal.
Las autoridades continúan trabajando en medidas de reparación y apoyo para los niños sobrevivientes, quienes ahora se encuentran bajo protección del estado.
