🔴 Ocurrió en el municipio de Huejutla de Reyes.
Por redacción
El 24 de junio, día de San Juan Bautista, se inicia en Hidalgo la siembra de la flor de cempasúchil, también conocida como «flor de muerto». Esta flor, cuyo nombre proviene del náhuatl y significa «flor de 20 pétalos», es un elemento esencial en las tradiciones de la región.
Según la tradición, los señores de la casa acuden a las milpas para regar las semillas de cempasúchil, las cuales fueron retiradas de los altares el año anterior. La intención es que estas flores estén listas para su cosecha a finales de octubre, justo a tiempo para ser utilizadas nuevamente en los altares durante la celebración del Día de Muertos. Esta práctica asegura la continuidad de la tradición y el uso de la flor en las ofrendas.
El día de San Juan Bautista también marca el inicio del periodo de lluvias en Hidalgo, lo cual es crucial para la siembra no solo de cempasúchil sino de diversos cultivos. Esta coincidencia entre el calendario religioso y el ciclo agrícola refuerza la importancia de esta fecha en la vida comunitaria y agrícola de la región.
Posteriormente, el 29 de junio, se adquieren animales como puercos, guajolotes y pollos, que serán criados y engordados para ser utilizados en la preparación de tamales. Estos a su vez, formarán parte de las ofrendas para los fieles difuntos a finales de octubre, complementando las ofrendas florales.
La flor de cempasúchil, reconocida por su vibrante color anaranjado o amarillo, es uno de los elementos más distintivos de las ofrendas del Día de Muertos. Según la creencia popular, esta flor guía a los seres queridos fallecidos hacia los altares colocados en los hogares y, simbólicamente, hacia el más allá.