
El presidente Nayib Bukele firmó una disposición oficial que prohíbe de manera tajante el uso del lenguaje inclusivo dentro de los centros educativos públicos y privados del país.
La medida establece que expresiones como “amigue”, “compañere”, “jovenxs”, “nosotrxs” y otras similares no podrán ser utilizadas en el ámbito escolar, ni en clases, ni en materiales de apoyo, ni en documentos oficiales.
Según lo informado por el Gobierno salvadoreño, la disposición busca preservar las reglas gramaticales tradicionales del idioma español y evitar lo que consideran “distorsiones” que podrían entorpecer los procesos de aprendizaje de niñas, niños y adolescentes.
Sin embargo, la prohibición no tardó en desatar un intenso debate en la sociedad. Por un lado, hay sectores que celebran la decisión y aseguran que es un paso firme para “defender la claridad del idioma” y garantizar que los estudiantes reciban una educación sin “modismos que confunden”.
En contraste, diversas organizaciones defensoras de derechos humanos y colectivos juveniles rechazaron la medida, acusándola de discriminatoria y de limitar la libertad de expresión, además de invisibilizar a quienes no se identifican con el género masculino o femenino.
El tema ha escalado rápidamente a un debate regional, pues otros países de Latinoamérica también discuten el uso del lenguaje inclusivo en escuelas, universidades y documentos oficiales. Para unos, representa un retroceso en derechos lingüísticos y un golpe a la diversidad; para otros, es una defensa legítima de la norma que protege al idioma español.
Mientras tanto, el Ministerio de Educación salvadoreño ya trabaja en la actualización de sus programas y materiales, a fin de que ningún maestro o estudiante utilice estas expresiones en las aulas. Quienes incumplan podrían enfrentar sanciones.