• Suni Williams y Butch Wilmore regresarán hasta febrero del siguiente año.
Por redacción
Cuando los astronautas Suni Williams y Butch Wilmore partieron hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) en junio, tenían previsto regresar a la Tierra ocho días después. Sin embargo, un fallo inesperado en la nave Starliner de Boeing ha dejado a los dos varados en el espacio, con la posibilidad de no regresar hasta febrero de 2025. Ante la gravedad de la situación, la NASA ha considerado la opción de que una nave de SpaceX, dirigida por Elon Musk, pueda ser necesaria para rescatarlos.
Williams, de 58 años, y Wilmore, de 61, experimentados astronautas, se lanzaron al espacio a bordo de la nave Starliner, con la expectativa de una misión breve. Sin embargo, durante su aproximación a la EEI, comenzaron a surgir problemas técnicos graves, como fugas de helio y fallos en los propulsores. Aunque lograron acoplarse a la estación de manera segura, estos fallos dejaron la nave incapacitada para un regreso seguro, y el pasado martes, cumplieron 60 días en el espacio, mucho más allá de lo planeado.
La situación se complicó aún más cuando se descubrió que Starliner presentaba múltiples fallos en sus sistemas de propulsión, incluyendo cinco fallas en sus propulsores de maniobra y fugas de helio en el sistema. Estos problemas llevaron a la NASA y a Boeing a la difícil decisión de mantener a los astronautas en la EEI, mientras se realizaban pruebas adicionales para determinar si la cápsula podría ser reparada o si sería demasiado peligroso intentar un retorno.
Boeing, una compañía que durante décadas fue sinónimo de innovación aeroespacial, ha enfrentado serios desafíos en los últimos años, especialmente en sus proyectos de aviación comercial. A pesar de estos problemas, la NASA confió en su capacidad para desarrollar Starliner, otorgándole un contrato de 4,200 millones de dólares para construir la nave, que se suponía sería el «taxi espacial» para transportar astronautas a la EEI. Sin embargo, con las fallas técnicas acumuladas, el proyecto ha pasado de ser una promesa de vanguardia a un riesgo significativo, dejando a los astronautas en una situación incierta.