Se visualizan Cabildos diferentes…
Legal y políticamente, la función y trabajo de los cabildos en los Ayuntamientos resulta trascendental en el desarrollo y prosperidad de la población si se toma en cuenta que este órgano legislativo y de representación popular, da certidumbre a los gobiernos municipales.
Pero no en todos los casos resulta así, históricamente y como parte de la autonomía de los municipios, la participación de los integrantes de los cabildos cobra especial interés no sólo por su función sustantiva relacionada a legislar, gestionar y auditar en todo lo referente al beneficio de la gente, si no también por la disputa de las fuerzas políticas que al interior de las Asambleas se genera y el contrapeso en la toma de desiciones que en un momento dado establecen los regidores, principalmente de oposición en relación al poder que ejercen los alcaldes en turno.
Desafortunadamente esta premisa no siempre se cumple, pues en la mayoría de gobiernos municipales, los acuerdos políticos entre grupos, pero sobre todo el conflicto de intereses económicos, propicia Asambleas Municipales manipulables y a modo para los alcaldes, que al no tener oposición de los regidores, su poder de decisión para hacer y deshacer en los Ayuntamientos se maximiza en perjuicio de la ciudadanía.
Pero esta regla histórica y eminentemente puede cambiar en las próximas administraciones municipales, que por vez primera tendrán la particularidad de tener como regidores a muchos de los ahora aspirantes a las presidencias, quienes podrán ocupar un lugar en los cabildos al llegar dependiendo de los resultados de la elección aún en suspenso, como primeros regidores, y que a diferencia del pasado, cuando los candidatos perdedores se quedaban sin cargo alguno.
Este factor puede entenderse como justo y constructivo, si se considera que esta reforma política electoral puede propiciar Asambleas más parejas, competitivas y sobre todo equilibradas, pues habría que suponer que quienes aspiraban a la alcaldía, desde una representatividad como municipes, generen más y mejores condiciones de transparencia, trabajo y gestión legislativa.
Pero del dicho al hecho hay mucho trecho y habrá que esperar primero que se realicen las elecciones probablemente en agosto próximo, para renovar los Ayuntamientos y después esperar los resultados de los comicios y se puedan constituir los gobiernos locales que evidentemente no serán los mismos de antes.
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