Frank López
Las protestas juveniles vivieron su jornada más tensa hasta ahora, luego de que choques entre manifestantes y elementos de seguridad derivaran en un saldo de al menos 120 personas heridas en distintos puntos del país. Los enfrentamientos se registraron principalmente en Ciudad de México, León y Monterrey, donde la presencia policiaca fue más numerosa.
De acuerdo con reportes de organizaciones de derechos humanos, una parte de los heridos resultaron afectados por proyectiles de gas lacrimógeno y balas de goma. Colectivos ciudadanos denunciaron uso excesivo de la fuerza, mientras que las autoridades locales aseguraron que la intervención se dio en respuesta a ataques con piedras y objetos contundentes.
En la capital, la zona de Pino Suárez se convirtió en un punto crítico cuando un grupo aislado intentó derribar vallas metálicas colocadas alrededor de edificios públicos. Brigadas de voluntarios atendieron a decenas de jóvenes con irritación ocular, contusiones y crisis nerviosas, mientras que ambulancias trasladaron a los casos más graves a hospitales cercanos.
El gobierno federal llamó a mantener la calma y anunció la instalación de una mesa de diálogo urgente para evitar una escalada de violencia. Sin embargo, los colectivos juveniles anunciaron que las manifestaciones continuarán “hasta que se atienda la crisis de seguridad que afecta a toda una generación”
