Los accidentes ocupan el lugar número 9 de las 10 primeras causas de muerte en nuestro país, con 2 mil 111 defunciones por caídas, y por grupo de edad, ocupan los lugares 8 y 10 de las primeras causas en personas mayores. El porcentaje más alto de caídas entre dicha población se da en el hogar, con más del 50 % de los registros.
Por lo anterior, la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH), a través del Programa Prevención de Accidentes en Grupos Vulnerables realiza acciones de sensibilización para que la población conozca y refuerce las medidas preventivas dentro de su hogar, con la finalidad de evitar caídas en las personas mayores.
Entre las recomendaciones se encuentran:
- Realizar actividad física, al ser la principal medida para mantener fuerza muscular, coordinación y estabilidad del cuerpo
- Alimentarse correctamente
- Atender problemas de salud previos y mantenerlos bajo control, por ejemplo, diabetes o hipertensión arterial
- Adecuar el entorno, colocando barras de apoyo en el baño y regadera, evitar tapetes y alfombras, quitar cables sueltos en el piso, acomodar bien los muebles, instalar materiales antiderrapantes en escaleras, pasillos y área de la regadera, mantener buena iluminación en toda la vivienda
- Utilizar elementos correctos para ayudarse a caminar, como bastones y andaderas, así como calzado cómodo y con suela antiderrapante
- Evitar la automedicación
- Evitar alcohol y consumo de drogas
Lo que NO se debe hacer:
- Dejar de atenderse de una caída
- Darle poca importancia a una caída y no decirle a nadie
- Pensar que es normal tropezar y caer
- Creer que los accidentes y las caídas van a suceder porque ya es persona mayor
En caso de sufrir alguna caída, acudir de inmediato a su unidad de salud para descartar algún daño o tener complicaciones.
Es importante mencionar que las caídas son acontecimientos involuntarios que hacen perder el equilibrio y dar con el cuerpo en tierra u otra superficie firme que lo detenga, son eventos complejos que pueden ocurrir en diversos lugares y en cualquier momento y no son un evento “esperado” y mucho menos algo “normal” en las personas mayores, que pueden desencadenar en el fallecimientos o secuelas físicas y psicológicas.