
• Ambos salieron de la cárcel, se casaron y ahora viven felizmente juntos
Adriel y Monae se enamoraron en la cárcel de Pensilvania, Estados Unidos, donde ambos eran convictos. Sin embargo, tener una relación en prisión no fue fácil para ellos, pues Monae es una chica trans.
Y derivado de esto, Adriel fue apuñalado por sus compañeros y antiguos miembros de su propia pandilla, así como también tuvo que enfrentar golpes, peleas y la desaprobación de su propia familia.
Se conocieron en la lavandería de la prisión, cruzaron miradas y un breve diálogo para quedar flechados. Sabiendo el espacio que compartían, donde reinaba el machismo y la violencia, decidieron conocerse en espacios como la biblioteca, las noches de cine y en el gimnasio.
Terminaron enamorados y un buen día, Adriel se decidió a pedirle a Monae que pasar el resto de sus vidas juntos y lo hizo hincándose frente a ella y frente a todos los reclusos para pedirle matrimonio. Monae, sin dudarlo, aceptó.
Monae había enfrentado un sistema de justicia que la condenó por robo en una prisión masculina porque aún no se consideraba el cambio de identidad en el proceso penal. y, ahora, el mismo sistema penal no le permitía casarse con el hombre que amaba porque ambos eran prisioneros.
Por ello, al conseguir su libertad, Monae tramitó la documentación y fue a contraer matrimonio con Adriel. Aunque, después de la ceremonia oficiada en prisión, tuvieron que despedirse de inmediato.
Una vez libre, Monae retomó su tratamiento de cambio de género y decidió operarse para concluirlo. Mientras que, Adriel terminó de cumplir su sentencia y una vez fuera de la cárcel, la pareja se mudó para vivir juntos.

Con información de Plumas Atómicas