
Jacobo, el niño de siete años que comió pan envenenado, despertó del coma en el que se encontraba desde el pasado domingo, de acuerdo con Maritza Mijares Díaz, trabajadora que ha funcionado como enlace del gobierno de Coatzacoalcos, Veracruz, y la familia del menor.
A pesar de ello, autoridades veracruzanas señalaron que el niño aún es reportado grave, por lo que permanece en el área de terapia intensiva.
Por otro lado, las primeras investigaciones del caso apentan a que el pan envenenado que comieron Jacobo y su hermanita, quien falleció, estaba cubierto por una sustancia identificada como un plaguicida, que de acuerdo con autoridades, es utilizado frecuentemente por trabajadores del campo, pero que también suele ser usado para intoxicar a otros animales, como perros y gatos.
A pesar de lo grave que es el estado de salud del niño, médicos señalan que el hecho de que haya despertado es algo favorable, y que puede ser inicio de una exitosa recuperación.
Con información de TV Azteca Noticias